martes, junio 07, 2011

Champion League


No ha mucho, nuestro presidente decía que España estaba en la Champion League de la economía europea, que ya habíamos cazado a Italia y Francia y que ahora íbamos por Inglaterra y Alemania.
Creo que ha habido personas normales (lógico, ya que las personas normales no tienen puñetera idea), periodistas y hasta políticos que se han cachondeado de estas declaraciones sin ni siquiera comprobar si eran ciertas o no. Hemos tenido la suerte de poder verificar que don José Luís se equivocó: en modo alguno estamos en condiciones de soñar con alcanzar la economía alemana; ya la hemos casi rebasado y en las cuatro o cinco cosas en que nos superan, estamos en ello.

Mi primer contacto con la economía alemana fue el tranvía. Ahí nos llevan ventaja, un billete sencillo cuesta 2,30€ y vale también para U-bahn, S-bahn y autobús. En Barcelona pagamos por este concepto 1,45€. Para el turista sale mucho mejor la tarjeta diaria de dos zonas, que le permite coger todos los transportes necesarios durante las 24 h de un día por 6,30€. En estas dos zonas (A y B) está comprendido Berlín y toda el área metropolitana hasta Potsdam. Las tres zonas de Berlín (A, B y C) quedan cubiertas por el billete de 6,80€. Existen otras modalidades de pago y ahorro siempre que se vaya a estar en la ciudad una semana o más, pero podemos concluir que en transporte estamos en tercera división si nos comparamos con la economía alemana. Nos superan claramente.
Llegados a este punto, es conveniente resaltar que el metro de Berlín apenas son 75 centímetros; probablemente debido a un encogimiento a causa del frío. Los vagones tienen una anchura similar a la de algunas líneas del metro de Madrid. Y las estaciones todavía son las que se construyeron bajo el reinado del káiser o durante el mandato de Stalin (Berlín Este) quien, parece ser, aprovechó el cemento que le sobró en el metro de Moscú. Si alguien le dice que todas las estaciones de metro y enlaces están provistas de ascensores o escaleras mecánicas, miente. Puede ser que haya más ascensores que aquí pero faltan en muchas paradas. En Alexanderplatz observé una curiosidad: de cuatro accesos que utilicé, dos eran escaleras mondas y lirondas, una tenía ascensor y la otra era una obra arquitectónica de difícil comprensión; este cuarto acceso disponía de un ascensor con dos paradas: una parada lleva al anden de la línea U7; la otra parada deja a los viajeros en un especie de limbo situado a medio camino entre la calle (por encima) y el andén de la línea U2 (por debajo), de modo que los viajeros de la U2 deber subir andando a la calle o bajar (andando) al andén de la U7 para coger el ascensor. Método germánico.

Otro error del presidente lo constituye el precio del café; sea expreso o de calcetín, el café, en la capital alemana, cuesta entre 2 y 3€. Y si usted quiere un chorrito de leche entonces podría pagar hasta 3,50€. Claro que, a poco que uno sea un pelín espabilao, pedirá un café solo y le añadirá, por el mismo precio, uno de los tarritos de leche concentrada que hay en la barra de la mayoría de establecimientos.

Por lo demás, no sólo estamos en la Champion League. Estamos jugando la final con el Hertha Berlín y estoy por decir que el partido está muy igualado; apurando, apurando... hasta puede que le saquemos ventaja. Diarios y revistas tienen un precio similar, uno puede zamparse un menú de 9 a 12€ no muy distinto a lo que se come en restaurantes españoles de poca monta… y puede entrar en un supermercado. Naranjas, pepinos (la ración de E. coli es gratis), aguacates, fresones y cualquier producto de alimentación, limpieza doméstica o aseo personal están, al buen entender de Quiosquera, a precios peninsulares, puede que hasta más bajos que aquí. Y hablo de naranjas de Valencia, pepinos de Almería, aguacates de Almuñecar y fresones de Huelva.

Por una vez, y que sirva de precedente, don José Luís Rodríguez dice la verdad. Bueno, miente, pero a nuestro favor: tenemos los precios más caros que en Alemania y es ahí donde se ve la solvencia de un país. ¿Que el sueldo medio de los alemanes es casi el doble que el de los españoles? ¡Vamos, hombre, que nunca estamos contentos y sólo nos fijamos en las diferencias que no nos son favorables!

Y hablando de la Champion…

¿Qué ha de hacer Xavi para que se le reconozca como The only number one?

Vi la final en Berlín. De casualidad, porque de los 300 canales que se podían sintonizar en la televisión del hotel, alguno de ellos nacional o autonómico hispano, sólo uno daba el partido en directo: sky sports. En alemán, por supuesto. Pero fue una gozada; después de muchos años he visto un partido sin quitarle la voz. El comentarista se limitaba a mencionar el nombre del jugador que tocaba la pelota y cuando se marcaba un gol, simplemente decía gol. Como aquí antes de que copiásemos a los locutores hispanoamericanos. Y, coño, se sabía el nombre de los jugadores; decía Pedro, Busquets, Chavi… tal vez patinaba un poco al pronunciar Mascherano.
Únicamente en dos ocasiones se permitió salirse un poco del tono pausado y objetivo: elevó ligeramente el tono de voz cuando Messi marcó, y se permitió una breve carcajada jocosa cuando también Messi se meó al defensa en la jugada previa al gol de Villa.

Mejor imposible: tanto en fútbol como en economía lideramos la Champion League.

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